No, no hay más palabras.

Cursilerías de esos días.

Vuelo, aterrizo en tus labios, al fin te abrazo y despierto de esta larga pesadilla...

pero no es una pesadilla, es la vida real.

Y a ti no te importa.

Y tu sigues jugando.

Y yo sigo llorando.

Fuimos igual a los que antes despreciábamos, a los que antes tanto temíamos. Un perro y un gato que no hablaban el mismo idioma, que gruñían y se peleaban. Dos locos que se de desconocían día a día, y que ... ah, olvídenlo.

¿Sabes? no quería que fuera así ... momento, creo que ya lo sabías.

Un abrazo, una caricia, un beso, un recuerdo me vuelva a hacer temblar.

Quiero poder volar tranquila, sentir la brisa en el rostro, y reír, volver a reír como solía hacerlo.

Quiero sentirme tranquila conmigo misma. Quiero ... y lo voy a hacer.