viernes, 28 de enero de 2011

Y más allá





Cuántas veces soñé con entregarte mi vida en un beso, con hacerte feliz día y noche.
Cuánto tiempo pensé en cómo sería nuestra futura casa, y a quién se parecerían nuestros pequeños hijos... cuántas veces sonreí al proclamar tu boca como mía sin vacilación, muchas creo, pero ya no.

Miro por la ventana como tantas otras veces lo hice antes para esperar tu llegada, aguantando las lágrimas mientras intento convencerme de que no aparecerás, de que no fui lo que yo misma esperaba para tí, de que al parecer sólo fui una decepción más en tu mundo.

Pero sabes que este corazón sólo quiere verte bien, y que, con un Te amo al infinito más uno, te hace la promesa de estar siempre ahí, lo quieras o no, para cualquier cosa que necesites.

Y en fin, aunque no te guste que lo diga, muchas gracias por todo lo que me enseñaste.


No hay comentarios: